Corazones solitarios

Vivo en un pueblecito en el norte del país, trabajo para un cura escocés que no tiene mucho trabajo. La verdad es que estamos los dos solos en esta casa junto a la iglesia, la gente del pueblo más cercano ya no viene por aquí. De vez en cuando hay alguna pareja que le gusta la iglesia, apartada y pequeñita y se casan en ella. Entonces es un gran día para todos, el padre se pone sus mejores galas y yo decoro la iglesia con flores que recojo del jardín. Quizá lo que menos me guste es que cuando todo acaba tengo que recoger el arroz que les tiran a los novios cuando salen de la iglesia. No sé de dónde viene esa tradición pero deja todo perdido. Igual es que me recuerda su felicidad y que cuando se van yo sigo aquí.

 

Siento que los años se me están escapando en este lugar perdido y me siento muy sola. Por eso me he decidido a escribirles, para conocer gente. Aunque no pueda conocerlos personalmente, me encantará poder leer sus cartas y establecer una relación epistolar. Y quién sabe, puede que algún día nos lleguemos a conocer, ya tendré una excusa para salir de aquí y visitar a alguien.

 

Espero poder recibir noticias suyas muy pronto.

 

Sinceramente.

 

E.R.

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